LA LEY DEL AMOR
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de —Mercedos--le dijo, he sido muy malo para ti.
—Te equivocaron. Yo no te culpo a ti, A
—He sido muy malo, pero: tienes que perdonarme por-lo 1
mucho que te-he querido desde que era un niño. El día que
en Africa supe que habías tenido un hijo con un señorito de
Madrid sentí como si una bala me atravesara el corazón, y !
juró daros. muerte a los dos aunque pasaran diez años, h
| —Y yo era Aa Mercedes, que ya no miraba
con desconfianza:a José.
Inocente: y mártir, Esa mujer no merees el kabrificio que 18
hiciste por ella, que no tuvo tu abnegación, llevás qe Me a su
hijo para ella casarse con un hombre millonario;
—El cual hoy la asesinaría si se enterase que había tenido
un hijo,
o o
Navarro hizo una mueca de indiferencia y de “desdén
-—No es tan fiero el león-—afirmó-—, Hoy el mejicano, más '
que a su mujer, quiére a una gitana, con la qué va a tener un 1
hijo. Un gitano llamado Joselete es el que me ha enterado p
a mí,
—Aunque así sea, si se enterase de que había tenido un hijo y
la mataría. Te pido por lo que más quieras que no le digas
nada.
—Lo que más quiero eres tú, que no debes permitir .que tu
nombre sea arrastrado por el lodo en el pueblo en que hemos |
nacido,
—No yendo por allí no pasa nada—r epuso Mercedes, que no ñ
] quería publicar la deshonra de Marilina. 1
—1'ú y ella tenéis que ir por allí. Tú, con la frente MUy alta, 0
para que yo pueda levantar la mía, 1
Mercedes le miró muy pálida y nerviosa, adivinando que
José quería que reanudasen' sus antiguos: amores,