658 LAURO LAURI
Manrique se que dé mirándole»con gran atención, Aquel
viejo sería, indudablemente, un hampón de los que se alber-
gaban, en das. cuevas. de aquel alto terraplén,
“¿Qué hará ¡allá arriba ?”,,se preguntó el agente.
Y cuando llegó cerca de la casita, viendo que se támba-
leaba, so. acercó a él y le sujetó con fuerza para que no Ca
yera desplomado al suelo.
¿Qué le sucede, abuelo ?.¿De siente usted mal?
al, hijo mío—musitó con voz apenas pel reeptible—,
oy sin alientos.
-—Muy m
Hace tres días que no he comido nada, y, est
-——¿ Y qué hacía usted a estas horas en lo alto del terraplén?
1116 arriba tengo mi madriguera, porque 1 las de abajo es-
las hace mucho tiempo. Hace dos noches me sentí
una úlcera que tengo en el es tómago. Me
1eL4l ocupad
muy entermo ae
]
l
dejé caer sol tón de hojas de maíz y quedé aletar-
e un mon
me HAS pÓcdo Mis de una aora que he déspert tado, dd (COMO
, bajado arrastrándome.
el fnamore que siento es atroz
—¿Y qué eatnino es el Epa
¿No lo 86 Madrid es muy grande, y alguien se apiadará
AT oírlo hablar salió uno de los guardias, que ayudó a
ner al desdichado mendigo, que estaba, a
completamente desfallecido,
Manrigue a soste
juzgar por su modo de hablar,
:Ha:quedado algo de lo que'tú has traído” '—inquirió Man-
¿H
rique, suponiendo que era hambre la enfermedad que padecía
LA
el viejo
__Aleo ha aúedado: medio pan y un gran pedazo de queso y
otro de tortilla, En la botella hay un “poco de vino, que ser-
Mientras hablaban le ayudaban a entrar en la casa y le
$ , tunto ala mesa donde dormía Manuel.
FP hioalita ( Ya
-—Tome, abuelito—le dijo Manrique.