710 LAURO LAURI
tarla.
-—Buenos días. Ignoro quién es usted y en qué puedo ser-
virle,
—El que quiere servir soy yo, señora mía, He 11 egado a Ma-
drid hace muy pocos días y ando buscando un empleo.
—¿ Y quiere... ? »
—Me han dicho que necesitaba usted un auxiliar de Medi-
cina para cuidar a un señor que tiene perturbadas sus facul-
tades mentales. ,
ue vo no recuerdo haberlo
—¿Y quién se lo ha dicho? Porc
solicitado.
—Me lo dijo ayer un médico del Hospital Provincial «de
Madrid.
No sé quién pueda ser ese médico—dijo doña Blanca,
pensando en que muy bien podría ser uno de los amigos de
don Juan. .
¿No puedo decirle en éste momento el nombre, pero sl
quiere usted que lo averigie...
Espere que lo consulte con una señorita; quizá nOS ATTe=
alemos.
saliendo del despacho dejó solo en él al ayudante de
Medicina, el cual lanzó en torno suyo una inquisitiva mirada.
No tardó Blanca Nieve: en regresar: tras ella entró-Mer-
-—fiste es el joven de quier
A
mo:
3uenos días, señor---le sa
p Muy buenos, señorita.
dicina y solicita prestar sus
-—Que es usted auxiliar de
servicios enyosta casa. Por mi parte no hay inconveniente.
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— Y por m1 parte, tarapoco arca Blanca Nieves—. Pero
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