1 LEY. DEL: AMOR es
¿181, lA; en etecto, puesto que el hombre que acababa ee
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penetrar en. el despacho del 1uez ra el mencionado gitano.
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Miraba a todas partes: con 0j]os saltones y-estaba más pálido
que un cadaver,
Ante una indicación del juez acercóse a lá Mesa: y. miró
nuevamente en torno suyo. Tan aterrado estaba que no vió a
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don Alvaro Me: 14espina, el cual sonrio al observar el Danieo
11 dl; 0, ”
ql descendiente ue rey Faraón.
¿Qué temita aquel hombre si sólo iba a declarar que conos
cia: al herido?
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*-VIUY buenas noches, ¿Se puede, senor quez pregunto
cuando ya taba dentro,
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—¿ (Amén es usted e: pregu con aspereza el magis.
trado.
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anuel Dia UscarabaJoso, para servir a usia en todo lo
que guste “mandar.
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44. qué-sabe usted del crimen ocurrido en la Quinta de la
Fo?
Mire usia.. El caso es que yo no sé nada. Sólo sé que yo
y pe ,
no me he metido en nada y que el muérto tampoco había
hecho nada.
«¿Y cómo se llamaba el muerto, si es que es eso lo que usted
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unicamente sal
dá
-—El muerto se llamaba José. De niño le llamaban. Joselito,
y. ya de hombre, Josele
AT r r PA " »
¿José y. qué más? Quiero decir que e
-—Joselete el de Antequera. Vivía en una casita de la orilla
l era su.apellido.
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del Mánzanares, según corre él acua, a mano izquierda.
¿Y cómo lo han:dado:a usted tan pronto la noticia? Me
Hama la Atención que esté tan enterado;
NT . .
vo Me han dado la not
cia, señor juez. Me he enterado vO
solito,
ea