LA LEY DEL AMOR 839
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sacó un gran jarro lleno de vino de la tierra, un plato econ ibas
lonchas de jamón serrano y una mugrienta baraja «que tenía
marcados los ases y los treses,
inacleto se dió cuenta en seguida y sonrió. Dón Jacobo
quería hacerle pasar la cena.
124 q. Asi E] 4 e 1
—¡ Hiala!-—dijo e2ste—. El que Ca que pague, +] juego
es muy sagrado, aunque aleunos'lo maldicen.
—¡ Hala!-—«ijo Tomelloso, cogiendo un pedacito de janión
y dando las cartas con gran ligereza, como hombre ducho en
tales menesteres;
—¡ Beba antes un traguito!-—exclamó don Jacobo, llenando
Un vaso grande.
Anacleto. bebió e hizo un chasquido con la lenorma que
sirvió para hacer reír a don Jacobo. :
¿Qué me dice usted?
(Jue esto o] arTrop ema nehe 20,
Bebieron los dos-y al'instante echaron las carias sobreida
mesa. El esposo. de Blanca Nieves miraba los ma lipes:cob/mu-
cha atención.
El primer ¡:
20:lo ganó don Anacleto;:el segundo:y elú1-
timo, don Jacobo. En el cuarto le cantó. las cuarenta con la.
sota y el rey y en el quinto echó. dos ases'en el'montón:
—¿ Una lonchita, don Anacleto? ¿No quiere usted más
arrope?
Y le llenó el vaso hasta los bordes, derramando. el yino
en la mesa.
——¡ Que no se derrame, don Jacobo! ¡Que no $e derrante, que
cada gota vale un duro!
—¡Je..., je! No sea tan aprovechado y beba: del jarro todo
lo que quiera.
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