LA LEY DEL AMOR 895 
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¡Ah, sí ella me quisiera y me siguiera a Madrid o a otra 
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ciudad o pueblo de España! 
Un gemido le estremeció, 
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te Trajte 
¡YOSILA.. 
: «. ¡Es Josita!”, musitó, dirigiéndose a la alcoba 
de la gitana, 
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7 6 y hallas antarla an a on rá ray ys. » 
Esta se hallaba, sentada en el lecho ¡y al,ver:entrar al. doc- 
¡tor eubrió sus desnudeces con una sábana. 
il” a A) 
— (Qué le pa 
pasa, señora?—le preguntó don Juan. 
Jue, no .se me pasa. el. dolor! ,¡Que.estoy'muy mala! 
=dS o,se le. pasa:con. el opio? ¿Quiere, usted otra bow 
==¡No quiero nada! ¡Déjeme morir, ayer si descanso! 
-—¿Que la deje morir? No me lo perdonaría jamás, 
Lilla. clavó-en el médico su brillante mirada. 
—¿ Y a usted qué. le interesa mi muerte? —¿nquirió, 
-——Mucho más de loque usted se figura, Josith. 
¿Qué es do. que quiere decirme? ¿Por qué se interesá/tans 
to sin ser nada suyo? 
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Don Juan:asomóse a la cocina y vió. que el gitano dormía 
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con el más tranquilo de los su s, Permaneció un “monmen- 
to observancdole y viendo que 
el sueño no era fingido volvió 
ntrar en el dormitorio de Josita 
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Ñ lio e 
*“—J)OSILA——O1JO ea voz DaJE 
jáa—, ¿qué me ha dado usted, que 
me ha Vuelto lo60? ¿Qué tienen Sus ojos, que se han metido 
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Mm "ama 
tan: adentro de 
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Ml rostro de la maravillosa 1 
morena se puso más encarnado 
qué un ramo' de amapolas, pero no despegó los labios, 
¿Qué me dice, Josita? ¿Qui ed que la saque de este 
destterro y la 11 Madrid, o p 'e quedarse aguantando 
las impertineneias de un esposo que no sabe amarla como se 
Merect