LA LEY DEL AMOR y
—¡No has dicho tú nada! ¡Huir de la Cárcel Modelo!
—¡ Quién sabe! Para Dios no hay imposible 3 Y Bl El quiere
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Y le dió a tomar la medicina. Manuel dijo que queria dor=
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no le despertaran,
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Marilina sent
se en un-sillón, y como no
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en toda la noche quedóse adormilada en seguida
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de hora que estaba así cuando
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El M0ZO, al ver que su paare segula aletargado v que su
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Madre estaba durmiendo, se retiró muy despacio y $e AITIgIó
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4 tna habitación del piso bajo, donde Manuel tenia multitud
de libros v vario rasquitos y eajas con medicamentos.
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alló una cajita de metal dorado.
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En un arca miró y h
“Esto es”, se dijo.
ndo la cajita sacó de ella cuatro bolitas negras del
tamaño de dos eranos de arroz.
“Me las llevo —dijo——. Mefceditas no se 1, MÁX]
“Cúando que no le diré su
Y metiendo las cuatro bolitas el
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ho de los bolsillos interiores, dejando en el baúl las d
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run sobre se las guardó en
emas,
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Acto seguido salió a la calle, dirigiéndose a una casa del
Aquella casa tenía todas 1
barrio de Al la casa tenia togVas las apariencias
ra
de un mo
JODAS Lerio.
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¿Está Sor Mercedes ?—Inquirió el nijo ae Marilina,
A ] j , , A 1 , 1£ 1 E ,
sor WVercedes esta en a enfermeria ce la ( árcel nace ocho 4
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4 Y WNIerceditas/ ¿NO esta tampoco la niña?