LA LEY DEL AMOR
Y el matrimonio y el niño, salieron de la «alcoba.
«dó en dormirse profundamente.
ocho de la mañana serían cuando des”
Mauricio no tal
4] yo 7
Aleo más de las
pertó.
os ésta?—musitó—. ¿Adónde me han
ds e O
¿Qué habitación
traído?”
Y miró con incoherencia er torno suyo.
“¡An!”
Al otr hablar al senor
sr encló que le había ocurrido el día anterior.
“Mo dió el dinero el amigo Jordán... ¡Quince mil pesetas
Abelardo se acordó y se puso a Pel”
por matar a un anédico! Después me metí en casa de “Botín”,
de la que'salí un poto marcado.”
Quedóse unos momentos absorto y continuó su monólogo
mental:
“AP llegar frehte a una puerta di un tropezón y caí des.
plomado. Un hombre y una mujer muy bondadosos me 1me-
tirón sy cáña, que debe ser ésta.”
Y nuevamente miró en torno suyo, 10 viendo más que Un
Cuadro y algunas estampas.
“Si- ósta es”, se dijo,
En la contigua estancia hablaba el matrimonio, El “Moro”
escuchó. Hablaban de él y decían que había que avisar a Un
médico.
«Si meditó—. Avisarán a un médico, pera será al quo
SÍ
tanto coraje, tiene Jordán.”
Un tamborileo en la puerta le sacó de su monólogo men-
tal.
] Adelante—dijo—. No me puedo bajar, de la cama.
Abrieron la puerta y entraron, el señor Abelardo y su
mujer, la cual le llevaba el desayuno.
"Cuad. 203
La Ley del Amor Folletín,