3000 LAURO LAURI
—No, papá. Yo no he cometido acción reprobable; pero
¿quién no tiene entre sus familiares a aleún delincuente?
“Se repite la historia—pensó Manuel—. Mi hijo quiere pa
erificarse lo mismo que mi hermano. aunque sieniendo dis*
tinto camino.”
Y en aquellos instantes se acordó dei padre y de su her-
mano.
“Qué será de ellos?—preguntóse —. Hace más de un mes
que desaparecieron de Madrid.” :
—No te opongas, papá—suplicóle su hijo al notar la seriedad
dle su rostro—. No te opongas a que me marche a reunirme
con esos heroicos y abnegagdos misioneros.
—Aún te falta un mes pára terminar tu carrera.
-—To equivocas, papá. Ya tengo el título en mi mesa de des:
pacho.
Manuel abrazó conmovido a su hijo.
—¡Qué callado te lo tontas! —Je dijo—. No comprendo el. por-
qué de tu silencio,
"Quería darte una sorpresa el día de Nochebuena.
—¡ Y me la has dado.ocho días antes de esa fecha!
—He querido endulzar tu amareura
—Eso no podrías lograrlo ni con Led el azúcar que se recog
cn La Habana.
Marilina asistía en silencio al diálogo que sostenían padre
o hijo, pero su rostro dejaba traslucir una inmensa tristeza
—¿ Tan pronto te vas « CUA, hijo mío?-—sollozó al fi»
-(uiero partir el día que lo haga mamá Mercedes. Así la
acompañaré y estará a su mira,
--Y ella a la tuya. Es lo que me consuela, Mercedes, hace y2
muchos años, fué una madre para ti,
- Justo es que yo ahora sea un hijo para ella, máxime no
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