LAURO LAURI 
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Ne han entrado ganas de darle un duro, y «l GU 
denunciado, un par de tortazos. 
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-—Ha hecho usted muy bien en no armar gresca all 
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Esta noche me tenéis de invitado. 
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ne alegro mucho 
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y 
—Tú eres todo un caballero. ' 
—Y usted un gitano muy honrado, 
nudo por.aquí se haría el mejor de mis amigos. Hoy y 
y que no necesite usted un billete de mil pesetas, 
usted en las manos. 
no diga nadie delante de mí que tiene 
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—Y Qe ul que 
en los ojos, que soy cap 
motita el 
En aquel momento llamaron en la puerta de 1 
¿Quién será?—inquirió el antiguo criado de Mal 
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En el umbral de la estancia apareció una doncella. 
'eñor Manuel, un sargento y. un 
a calle, 
preguntan por usted. 
—¿Qué quieren? 
—No lo sé. Baje usted y ellos se lo dirán, 
Manuel se puse 
acarrarse a Jordán. 
—¡ Ay, don “Jordancito” de mi alma, que son los civ 
vienen a por mí! 
w no tema, que todo puede arreglarse» 
, muy nervioso, y para sostenerse tuvo 
,, que $1 viniera muy 4 me 
a lo 
que al WO 
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az de pelearme con mi sombI 
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— Apóyese en mí y 
Al gitano se le doblaban las rodillas, y para no cacróó 
la escalera tuvo que agarra 
animarle, 
-——Hay que tener ánimos, tío Manolillo. 
—+¡ Ay, hijito de mi alma, que ya siento como $1 me 
una cuerda al cuello y tiraran desde arriba! ¡Ay, Jordad 
que ya siento los disparos! 
, tardaron en llegar a presencia de los gl 
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rvarrarse a Jordán, el cual no cesaba 
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