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LA7LEY: DEL:/AMOR 3107
Manuel quedó nuevamente silencioso. ). Aquel Joven quizá
le diera más detalles si sabía a de la lengua.
—¿Qué te ha hecho esa joven?-——le preguntó--. ¿Qué te-ha
hecho la mocita para que tú la rea
——Me ha tenido tres días en la cárcel.
Y le contó todo lo que le había ocurrido : por culpa de la
tula que Jordán había dejado a su abuelo,
—El caso es que Isabel me quería; pero desdo q;
la idea de llemar a Manolito parecía aborrecern
—¿Es que esa joven quiere a mi hijo?
—Está loca por él, y por eso se ha valido de esa estrsiuroma
Para hacerle regresar,
tan mal?
—¿Me aseguras que es cierto lo que me dices?
—Le juro por todos mis muertos que, Manolito es
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OS-( naco
hombre que Isabel quiere con sus dino sentidos.
=—¿Y tú?
_y o no puedo quererla para esposa, ya que la ho querido
omo hermana.
—¿Y ami hijo? ¿Le quieres mal a mi hijo?
—No, señor,
Y Alvarito tendió su diestra a Manuel.
Quedamos ¡amigos-—lo dijo—. Yo no le lie hecho a usted
hingún daño.
Manuel le acompañó hasta la puerta y allí le despidió,
Mandando entrar al que hacía el número uatro,
F
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uUvo «ue examinar a más de veinte coa y cuando
extendió la última receta salió a la calle, tomando 1:
ción de su casa, no tard: ando en llegar,
—¿Y Manolito?—le dijo a Marilina,
e ha marchado al cine con sus dos hermanas y con Ro-
a direc-
Sita, ¿Quiere s algo?