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LA LEY, DEL, AMOR 1983
4 vaso de leche no le sentaría nal—arguyó doña Rosa
81, sí—dijo Aracil—. Que se lo tome.
Y tras de escuchar un momento las travesuras del niño se
despidió de doña Rosa y de Mercedes. Marilina le acompañé
hasta la puerta sin soltar al niño de la mano. Al galir de la
casa Manuel hizo una mueca de disgusto.
—No seas así, Marilina—le dijo en, voz baja
——¿Cómo soy ?—articuló, poniéndose acarminada.
—Muy mala para mí, :
-—¿Qué te he hecho?—inquirió, mientras que el rubor, com«t
hemos dicho, embellecía sus marfileñas mejillas,
—Bien lo:sabes tú,
La bella maniquí quedóse unos momentos indecisa. Le
pronto miró a su hijo y le acarició.
-—Manolito—le dijo—, ¿me quieres traer el bolso de mano?
mi, mamá.
Y el niño se alejó por el pasillo. Manuel entró nueva:
mente, y sus labios se posaron en, las dos encantadoras me-
jillas de Marilina, Ella no le besó por no dejarle en el rostro
las huellas del carmín.
—¡ Alma de:mialma, te quiero más que nu nea lle dijo con
un acento apasionado.
—¡El niño!--articuló ella al oír que su hijo se acercaba,
- —Toma el bolsillo, mamá.
Marilina lo cogió y.sacó unos retratos de- unas amigas su:
yas.
—Mira la muchacha queste dijo.el .otro-día.
Manuel aproximó su rostro al de Marilina y. Ja besó nue:
vamente sin que el niño se diose.cuenta de.ello,
——Es muy bonita tu amiguita.a, pero ya quisiera.
e Qué? |
—Tener un parecido con una persona que yo sé,