Capitulo CLXXIV,
LA FIEBRE DE ADOLFO.
me
i anuel, al terminar Merceditas su re-
lato, quedó unos momentos silencio-
so, meditando el caso. Al fin rompió ;
a hablar.
—Muy bien—dijo—; ¿así que ese
mocito, cuando tu hermana le ha di-
cho que se alejase de ella, te ha pe- .
dido a ti relaciones? : 105ON
SY yo le contesto, diciéndole que sin tu autorización no pue-
0 aceptar el amor que me ofrece...
Hizo una pausa y continuó:
| SLe estoy agradecida que me brinde su cariño...
SAgradecida, no. Tú no tienes que estar agradecida a ese
X
l0Zo, que, tras de haber sido rechazado por tu hermana, te