3420 LAURO LAURI
su salero | le pusieron en el barrio el sobrenombre de “Mar-
quesita”, también ha venido con ella; pero ya no vienen por
aquí, porque tienen a menos hablar a su abuelo, que mucho$
días está muertecito de hambre y tiene que tender su mano 4
todo payo que pase por el Puente de Toledo. Ayer mismo n0
metí en mi estómago más que un mendruguillo que me dió
úna payita muy mona que iba a trabajar. Mi hijo Rafael y2
no vive en Madrid. Se mudó el año pasado a Talavera, y all
creo que no marcha mal. Me he Pt más solo que un
espárrago, hijo mío. Tú no sabes lo que es llegar a viejo sin
tener una mano que te ampare. ,
- A Manolito Aracil se le saltaron las lágrimas, y metiendo
una mano en su bolsillo sacó un billete de cien pesetas, qué
entregó al abuelo de la “Marquesita”, el cual, al verse Con.
tanto dinero, dió un salto con la agilidad de un muchacho.
—¡Que Dios te dé mucha salud y mucha suerte para qUé
seas el amparo de este abuelillo que tanto te quiso cuando
te tuvieron aquí! ¡Maldita sea! ¡Y que hagas tú lo que 0
hace la orgullosa de mi niña, la cual tiene a menos el decir
que es gitana! ¿Qué te parece, buen mozo? ¡Tener a meno
el decir que es gitana, cuando nosotros llevamos sangre de
reyes en la palma de la máno!... ¡A mí sí que me da bo"
chorno decir que es nieta mía!
Manolito le estrechó la sarmentosa mano, y el señor Ma-
nuel le dijo la calle donde habitaba Milagritos, para que sl
quería ir a verla algún día le diese sus quejas. 4
—Dicen que es la amante de un marqués. Mi María Luis4
creo que está en el teatro y, además, es modelo de un pintor.
—¡ Qué pena que Milagritos sea una aventurera! Recuerdo
lo mucho que nos quisimos cuando teníamos quince o dieci-
séis años. Y de Alvarito, el que decían que era hijo de don
Alvaro, ¿qué es de él?