LA LEY DEL AMOR 3453
¿Que quiere hablar con el señorito? ¡Que me diga'a mí lo
Que quiera!
Y Manuel se dirigió a la puerta de la quinta, donde espe-
lába el giteno a Manolito, que era nuestrobuen amigo “Uñas
Largas”.
Buenas tardes, don Manuel, ¿Qué tal van esos ánimos?
—Muy bien. ¿Y los tuyos?
—Muy mal. Estoy arruinado y debiendo hasta al sereno.
¿Y qué quieres de mi hijo?
El gitano empezó a rasearse la nuca,
—Mire..., don Manuel... ¿Recuerda usted de unaniña que se
llamaba Milagritos..., quea su padre lo mató. un payo-la-
drón. que dehe de estar ardiendo entre-las llamas del infierno?
Manuel arrugó el ceño e hizo con la cabeza un movimiento
de afirmación.
—Recuerdo.de esa niña—dijo—. ¿Qué es. lo que quiere de
Mi hijo?
—No, si ella no quiere nada; el que lo quiere es un servi-
dor de su merced,
—Te escucho.
—Mire usted; hace muy pocos días Milagritos dió un beso
á un joven, y hubo un payo de mala sombra que se lo dijo
al marqués.
—¿Quién es ese marqués?
—El hombre que la llevaba hecha una marquesa.
—¿Te quieres explicar?
—¿No lo adivina usted? Pues que a la niña le ha costado
8l beso más de un millón de pesetas.
—¿Quieres decirme que la ha abandonado su amante?
—Si, señor. Hoy está A la hija de mi alma, y no
Está en el arroyo debido a que 14 tiene en su casa una hija
Mía, que es la esposa de un pintor del Museo.