3AD6 LAURO LAURI
Marilina, desde el.balcón, llamó con la mano a su hija,
y ésta acudió inmediatamente.
771u, papá tiene que hablarte, hija mía, Aquí te:dejo coM
él. No quiero mediar en nada.
Ma ete 2 pee dar solo, con su hija, posó sobre ella $U
ardiente mirada. La joven la sostuy o, dándole a entender que
no temía su inf dee %
No estaba quejosa ni aburrida porque Merceditas quisiera
al hijo del señor Miraflores, no: al: grábase mucho de que fue-
ran novios, pero la acción de Adolfito no. se la perdonaría
aunque viviera luengos-años. Ella le había querido, claro,
Pero, su añior se había borrado de su alma el día que conoció
a 'Abelín. de
Manuel empezó a hablar, y ella escuchó silenciosa,
No Igtioro, hija nía 'elestado de tu alma; pero sepas que
yo "jamás hubiera autoritado' ese matrimonio. Abelín nació
con muy malos instintos, y me hizo sufrir mucho. Ha muerto
arrepentido, y quizá Dios, con su infinita misericordia, le
tenga asu lado: peró' en la Tierra, las mane has de sangre no
$e borran-con natla: El que Ye arrodilla apte un Ministro del
eñor, sale ab uelto: mas el que comparece ante un juez, va
a la Ga reel y pasa en ella mu chos años.
—No lo ignoro, padre mío: pero yo no puedo querer a nin-
gún LU: Solamente quierba Di 10s, y te pido en su nom-
inm-decisión. En el interior del claus-
qe 1 1d 1 i 1 o”
tro le peniré por tocios los MIOS VLATIMIÁ
9 *
bre queno tonies a/mal
no quiere“ que me
meta monja; pero 0 mods udarás y abogarás por mí. Quiero
/
ser una mujer dichosa y no úna desdichada ene tenga que
caltas Mil las amiscrias terrenales, Mi amonies divino y tam-
lión ¡nos exviende el aluya el amor de Jesueri 0, que no se
higos ten mada al /amorhumáno, ¡No te oponea pipá]
Ñ 11] Y ; 1 o WÁ ls E
¡€1 Momento entró Marilina y VlO