LA LEY DEL AMOR
158]
pa]
£s
—¿Quiere usted.qué demos parte del atropello?
—No, señor. Que Dios les dé su merecido. Además, 10 1166 155
ado en la. matrícula del vehículo...
—(Que es usted un hombre de bien y no quiere hacerles daño,
Haga usted lo “que quiera, pero yo lo denunciaría...
Y esto diciendo, arreaba al burro con una pequeña tralla
que llevaba en la.maño,
Quiere iia) para que se le quite el frío, que tomemos
un vaso de te y una copa de anís?
=sí señor—contestó Aracil—.Aquí en este bolsillo tengo di.
hero. : á
—¡Bah! sto va por cuenta mía...
Y tirando de las riendas del burró 10 hizo parar trente a
la puerta de un bar que había en una esquina,
El trapero'bajóse del carro y entró en el bar.
—Un vaso de E con leche que esté quemando y úna copa ds
anís del “Mi mo”. No tarden, que es para un homlre que está
medio helado. A mí me echan una copita de lo fuerte,
No tardaron en sacar lo pedido, y don Juan Manuel sa
lo 1 to mó. ; (
——Muchas gracias, , amigo—articuló—, Árree usted al Burro,
que quisiera Médas pronto a la Puerta de Atocha,
El señor Baltasar “el de los trapos”, como así llamaban al
hombre que conducía el carrito, arreó al animal, y éste empezó
a correr calle de Alcalá abajo hasta llegar a la esquina del
Banco de España, De alí tomó la directión del Paseo del
Prado, no tardando en llegar a la puerta del Hotel Mediodía,
—Tome—dijo don Juan Manuel dando al señor Baltasar dos
billetes de quinientas pesetas—. Ahora entre en el hotel y
que el mayordomo me habilite una de las mejores habitacio.
nes,
6
—Bí, señor, No tardo nada en arreglarlo—articuló—, 'Aquí