LA LEY DEL AMOR 1993
¿Qué le pasa, que le traen como muerto? ¡Qué pena de se.
ñor! :
Don Abel fué depositado en el lecho nupcial como si fuera
un saco de harina, y don Javier se despidió de Blanca.
Esta, al quedarse sola con su esposo, le lanzó una mirada
de desdén.
—¡Qué día más dichoso me has hecho pasar delante de to:
dos tus amigos! —musitó.
Y saliendo de la salita se sentó en un sillón.
Algo más de una hora estuvo sentada, sin que despertase
su marido, el cual daba cada ronquido que se oía hasta'en la
escalera.
Una doncella se asomó a la puerta de la sala.
—¿Qué le ha pasado al señor?—inquirió.
—Nada, hija mía. Que se ha excedido en la comida y en la
bebida.
—¡Qué susto me he llevado! Creí que le subían muerto o
mal herido.
—Nos ha estropeado el día, y ya no hemos podido salir
de Madrid.
—¿ Y tenían los billetes del tren?
—En mi bolso de mano.
—¡ Qué pena!
—Mas pena hubiera sido que se hubiera marcado en el tren,
¡Qué disgusto, Dios mío!
—¡ Un señor tan formal como es don Abel! ¡Qué raro esque
haya bebido tanto!
—Ha bebido mucho vino de Jerez y de otras marcas.
Un gemido interrumpió la conversación de las dos muje
Tes,
—Me parece que ya ha despertado. Estate aquí,