muchas
Jarle a la calle e
por él más ah
trate mal, y has
ta de su casa y e
tarde en pasar mucl
más, v a marchar
pondrá más
r
para darle ánima
yo a »
lo que dice. 8 DOS
gamos abuelo para
gruesas lágrimas re
El joven sonrió
al mulato, alegando q
abuelo. Lo mismo ]
liera a pasear al
3 r
nó siendo así, pues
taciones y se dispon
rido y el
e Muy bien, abu
sillón que estaba
que, según me hs
dilidad. Ha sido
WMWven ») ray
JOVen 11 Varl
JR 3559
su mucha edad, mí abuelo
bebida, sin contar que'en
, 1
] AUN 4 OA AS
un duro. A usted le habra contado
ja 4 un perro, y tiené' que acep-
“mM mM taba usted
ta de No me lo
; moros: sentarse a la puer-
su entierro, que quizá no
109 abuelita. Nada
la, donde el aíre de su tierra lé
1 Más, quel
lsmo Iremos mi esposa y yO
1 hos a otro médico para ver
u diagnóstico sea distinto y ten-
16 a Artemisa hasta su casa, en-
| ), el ql estaba hablando
“mulato que le había dejado Ar-
4 E
- 3
le y m de la alcoba
ta oue hablar sin" testiros con su
; 1,
2 quien manao que sa-
creyó que estaría Artemisa,
encontraba en una de las habl-
lo que hablaban su ma-
jo el muchacho, sentándose 'en un
, 3 .
: , ,
iunto a la mesilla de noche—. Así
1d lo que tiene es se-
ocura lo hecho, casándose con esa