LA ¡LEY DEL. AMOR 3591
sin un real, valgo más que tú coh je los tus millones, El jo-
yerito:lo: he llevado, yo mismo espacho del juez,¡y le he
dicho que;tú lo mismo í la Justicia que de mí. Adí,
como lo eyes, porque la que has sacado las al-
hajas, y iras de austituirlas, por ladrillos y piedras, me has de-
í
y " - p RS: pjs
nuneciado por ladron, mandando que me detuvieran. ¡La mu-
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jer que: tanto quería, a. su: marido, le hace traición y manda
que le, detengan para que se pase en la cáreel unos años! Mas
tú ignoras que entre mazido y mujer po hay robo, y, una silla
a, lo; mismoes tuya que mía, y. que si.se
me antoja; hacer. añicos. esa botella que. tienes encima de 1
que haya en la casa
Jo, sin que: nadie pueda decirme
or qué lo he hecho. Ahora, que, si tú quieres; que me, mar»
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che de esta casa porque se te haya metido por los ojos otro
mesa, la tiro. ,contra, el sue
hombre, conforme: tú terquedas en tu.casa y yo me mareho a
la mía. Aquí yo no quiero estar mirado, peor,que si fuera el
Tú estarás aquí mirado como te mereces, O $ea como. un
hombre que roba a su mujer un millón, y manda a por él a
un mocito que no sé-quées fuyo, y al que tengo encerrado en
el Castillo del, Morro.
Manuel se estremeció, y supo que Alvarito no se hsbía
fugado eon.el dinero,
bía creído. ¡El pobrecito estaba, encerrado! El, le salvar 9.
como ól, hasta aquellos momentos, ha-
En menos de un minuto trazó su plan, muy sencillo, pero
muy. eficaz para librarle de la No se hallaría, tran-
quilo. mientras tuviesen, encex Alvarito.
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—Mira, «Artemisa: Tú te has equivocado con nosotros, y
has querido divertirte a, costa, nuestra; pero nose, lo, tolero
yo a nadie; Mi nieto es tan honrado.cgmo el primero, y¡ qomo
ahora mismo no mandes que le suelten. te denuncio ya por
falsa. ¡Ja ra creído eso enyti! Hay mujeres que son