3614 LAURO LAURI
tabernas con tus Buenos amigos Juan “Mona” y el “Jerin-
guilla”, los cuales te acogerán con los brazos abiertos, El día
que a mí me veas en la cárcel será por algo que yo haya hecho.
Y Alvarito, tras de estar un buen rato hablando con su
abuelo, subió a la habitación donde se hallaba Marisa y le
dijo que la iba a llevar en el auto a Aranjuez, donde pasarían
todo el día, no regresando hasta que no llegaran a la Tierra
las sombras de la noche.
Y muy pronto sacó el “Balilla” del pequeño garaje, diri-
giéndose al Puente de.la Princesa para tomar el camino de
Aranjuez. Marisa iba muy jubilosa, porque necesitaba aire
para respirar, y allí en el pequeño huerto se aburría. No'
llevaban merienda, puesto que comerían en un hotelito de
la. orilla del Tajo y luego se pasearían por las barcas que
había amarradas a la orilla. Marisa no cesaba de reírse y
miraba a un lado y a otro del camino, que le 'parecía. muy
ancho y lleno de atractivos; mas, de pronto, Alvarito vió tres
o cuatro burros que llevaban dirección contraria a la suya,
y por no atropellarlos dió un rápido viraje y se echó encima
de un hombre, que con una varita en la mano les arreaba.
Tres o cuatro gritos le aturdieron, y el auto se estrelló contrá
una cuneta, hiriéndose él en una mano y Marisa en la frente;
mas no fué esto lo peor, sino que el hombre atropellado estaba
muerto, y seis o siete individuos que le acompañaban daban
gritos desgarradores y le amenazaban, mirándole con ojos
asesinos. Alvarito no pudo reprimir un grito de terror, al
ver que el muerto era su hermano el “Uñitas”, el cual tenía
la cabeza destrozada, El “Besuguete”, el “Romerito” y todos
sus demás hermanos no tardaron en conocer a Alvarito, y los
llantos y gritos aumentaban de un modo aterrador. Tres
o cuatro le insultaron, amenazándole con sus bastones.