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Capítulo XVI]
EL DEFENSOR DE ISABEL
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38 on.Juan y la hija de don Alvaro He-
21 garon'a La Habana una hermosa ma-
ñana de mayo; instalándose en un
hotel cuyos baleones miraban al Par-
que de Martín, lleno a la sazón de
claveles blancos y azucenas.
—¡Qué parque más bonito!-—dijo
niña Isabel a don Juan una mañana,
mientras miraba, contemplativa, a la calle.
Muy honito, si :
—¡Hay en España alguno así?
— ¿Que si hay en España a
ne que envidiar nada a ningún p
leuno así? Hay en M adrid un Re-
tiro que no tie arque de la
Tierra. ds
— ¡Qué deseos tengo de que me lleves a tu patr
me hablaba mucho de Madrid. Me decía que era un
ciudades más hermosas de Europa. E
ia! Mi madre
a de las