Full text: [2] (2)

LAURO LAURT 
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De nada, preciosidad. 
/ Y al decir esto extendió una mano y'puso cu 
la diestra de la mulata. Acto seguido se sentó nuevamente al 
lado de la rubita de sus sueños, la cual desataba muy alegre 
las cintas de seda azul de la caja para repartir los bombones 
atro peros en 
con su amiguita. 
—El primer bombón para oste señor tan amable que 108 log 
ha regalado. 
Y acercó un bombón a los labios de don Alvaro 
Mil gracias, señorita. Agradecidísimo., 
—Agradecida yo, señor, ¿Quiere ústed un puñado de ellos 
«—No, hija mía. Dale uno a la niña que te ha dado la suerte, 
los que quieras a tu amiguita, y los demás para tl. 
Mari sonrió y empezó a degustar los bombones; hacienda 
euita. Don Alvaro no sabía qué inventar 
otro tanto su amig 
para retenerlas a su lado. Arrojó la última móneda a la na- 
dadora, la cual le sonrió. 
- La noche se acercaba y la música cesó de tócar. 
—¿ Quieres que noS marchemos, Rosa? 
Don Alvaro se estremeció. La.niña de los ojos, azules se 
marchaba, 
—Lo. que bú quieras, 
las ocho tenía que estar en Casa. 
A la misma hora me ha dicho:a mí la mía, 
lecir esto levantáronse las dos y miraron. 
Mari. Mi mamá, me ha diebo que 4 
sonrientes a 
Al Ú 
don Alvaro; 
—(Que usted lo pase 
Y salieron corriendo por la orilla 
que Malaespina les pudiera decir algo. 
— ¿Quieres seguirlas, «Tejerita”?—lo 1 
rarradas de la mano. ¡Anda, hombre! 
bien, señor. Hasta otro día, 
del estanque antes de 
0gó—. Mirá por dón- 
de van as
	        
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