2248 “LAURO LAURI
Un reloj dió las cuatro de la madrugada. Pronto amane-
cería,
“No puedo aguantar esta sed tan horrorosa—se dijo—,
No puedo aguantarla más.” ]
Y ya iba a tocar el timbre cuando “Tejerita” apareció en
la puerta de la habitación.
—¿Quiere algo el señor? ¿Quiere que le ayude a desnudarse?
-—Quiero que me traigas un vaso de agua; mejor dicho, un
jarro lleno hasta los bordes. :
Tejera le llevó un jarro lleno de agua, y Malaespina bebió
en él hasta saciar su sed.
—¡Qué sed más horrorosa tenía! No me dejaba dormir,
«—¿Y por qué no me ha llamado «usted antes?
—No he querido molestarte. Lo que quiero es que en cuanto-
amanezca el día te eches a la calle a buscar a ese mazo.
—Así lo haré. No crea que se va a reír de nosotros. Tengo
algunos indicios de él,
—¿Que tienes indicios?
—Sí. Unos muchachos que estaban a nuestro lado dijeron
que es estudiante de Medicina.
—¡ Ah! Siendo así, no te será difícil hallar su rastro.
—Máxime si gasto el dinero sin tasa.
-—Ya sabes que nunca te lo escatimo,
—Bien lo sé.
-—Nada, en cuanto el reloj señale las ocho de la mañana
apresúrate a salir a la calle.
-—Y usted lo que debe hacer es.tomar algo, meterse en la
cama y dormir tranquilo, ya que ese niño no ha de tardar en
pagárnoslas todas juntas.
Don Alvaro accedió y se acostó, Tanto su cuerpo como
eu espíritu necesitaban reposo,