Capítulo XXXV
EL MULATO.
alaespina llevóse a su Casa a Mercedi-
tas, la cual fué recibida de una ma:
nera fría por niña Isabel.
Un abrazo—dijo don Alvaro—.
Quiero que os deis un abrazo.
Mercedes abrió los brazos y €5*
trechó entre ellos a su hermana, la
cual le dió un beso desabridamente.
a hermana tan bella— musitó con
o eras la niña más bonita
—No sabía que tenía Un
cierta ironía—. Bien decía papá qu
de La Habana.
rr
o he
Tú también eres muy lla-—dijo, poniéndose muy acar”
minada, la hija de Aurorina. ;
—No podéis negar que sois hermanas —dijo don Alvaro, MP
rando a la una y a la otra con admiración.
Y al decir esto sentóse entre las dos. Isabel le rodeó el cue”
brazos y le besó.
llo con uno de sus
ho—le dijo en voz muy. baja.
—Te quiero muc