LA LEY DEL AMOR 2337
Y la mulata se arrodilló a los pies del magistrado, afire
mando reiteradamente que tanto ella como su esposo eran ino»
Centes, :
El chófer sólo declaró que la mulata le había a lIquilado el
taxi a eso de las diez de la noc he, y que un mulato había es.
tado hablando con él junto al acantilado, sin que por su parte
pudiera aportar las señas personales del individuo dado lo
breve del diál.
álogo y las circunstancias de ambiente y lugar,
La Ley del Amor + Folletín,
Cuad, 167