2374 LAURO LAURI 
Si me hubieras querido no me hubieras hecho dernamar 
tantas lágrimas. 
-—¿Me perdonas, ya que vuelto a ti arrepentido? 
-—Hoy no puedo negarte nada, 
Brillaron econ vivo fulgor los ojos de Manuel, 
--—¡¿Me has dicho que no puedes negarme nada” ¿Ni tu amor, 
tantos años ánhelado? 
Blanca señaló al niño, que dormía 
—Quizá ése sea el que nos una. 
—Muy bien. Ya hablaremos, y quizá ahora podamos enten- 
dernos. ¡Quién sabe! 
Blanca no contestó, pero su silencio fué como una afirma- 
ción para el hombre que tanto la quería. 
Este no se movió de la casa. Blanca Nieves le sirvió la co- 
mida y comieron juntos. ¡Qué bien le supo el sencillo yantar! 
Le pareció mejor que los manjares que le servían en la mesa 
del Hotel Mediodía. 
Blanca estaba acarminada, 
—El niño se ha quejado. Ha abierto los ojos y nos mira, 
Juan Manuel acercóse a su hijo y le aplicó el termómetro. 
—Le ha bajado mucho la calentura-—diio—. No tiene más 
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que 28 grados 
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