Full text: [2] (2)

» 
LA LEY DEL AMOR 1895 
Muy temprano se arrojó de la cama y se vistió, mas no 
con su ropa habitual, sino con un mono azul como los usados 
por los trabajadores metalúrgicos. Hecho esto salió a la calle, 
sin llamar a Jeromo para que le sirviera el desayuno. 
“No creo que Jordán salga tan temprano de la quinta, 
pero bien pudiera hacerlo así”, se dijo. 
Y murmurando esto tomó la dirección del domicilio del 
mejicano Malaespina, bajando a buen paso por las madrile- 
físimas calles de Toledo y la Arganzuela, 
“¡Mira que si no va a ver a la niña hasta la tarde!”, mu: 
sitó. 
Y al llegar a los arbolillos que había frente a la quinte 
«acó una lima y una pequeña barra de hierro. 
“El caso es que no me vean inactivo”, murmuró. 
Y sentándose en una piedra se puso a observar a traves 
del ramaje de los arbolillos. Si alguien pasaba cerca de él y le 
miraba se ponía a limar la barrita de hierro. 
Manuel empezó a sentir hambre. 
“He debido desayunar antes de salir de casa”, MUrmuro 
en voz baja. 
El continuo observar empezó a fatigarle. 
“Mucho tarda en salir Jordán”, pensó al ver que un mu: 
chacho salía por la puerta de la quinta. 
Aquel joven era portador de una gran cesta llena de bu: 
ñuelos. 
—Muchacho—le dijo Manuel—, dame una peseta de bu: 
ñuelos. 
-—Al instante, señor. ' 
Y contó hasta cuarenta y los metió en un junco. 
Aquí tiene, buen hombre—. Mejores que éstos no los 
come el alcalde de Madrid. 
Manuel empezó a comerlos con parsimonia, y cuando lle-
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.