2442 LAURO LAURI
cias, hija
allí, ¿
Merceditas les siguió dócilmen
junto'a Marilina. Manuel lo hizo en una silla.
—;¿ Y Manolito y Mari
disimulaha la inquietud nerviosa que sentía. .
lito está en San Carlos, y la niña,
2
-——Mano
No tardarán en llegar. Si quieres esperarles...
—Me gustaría darles un abrazo. *
-—Quédate a comer con nosotros—la invitó Manuel
—No sé qué hacer.
Y la niña se quedó unos momentos indecisa.
—¿Qué tal te tratan en Ca
bel, o te tiene por una indeseable?
—No me quiere mucho. Acostum
gada le sentó muy mal, ,
Manuel y Mari
movimiento indefinido.
—¿ Y don Alvaro?—la interrogó
.
E
3)
vato?
E1.:., sí; pero yo no le quiere
Y Merceditas, tras de un ang
con Amargura.
Marilina la :
miento.
“No he debido desprenderme de ella”, meditó.
No le quiero—sollozó—. Soy. una mala hija, pe
quiero, no puedo quererle.
ie Me 111 4 1 atremo 23 AN loa 0) ar
Marilina se estremeció. No les conven
la niña, pues de hacerlo quizá él les quitase la que
y de 3
dad le pertenecía.
1119 Y La A | 2 4ña =] al 22101 , 1 ahiare
1ja mía. Anda, acompananos al sa ón y hablaremos
te y se sentó en un sofá
lina ?—inquirió la niña, la cual no
en San Isidro.
sa de don Alvaro? ¿Te quiere Ísa-
brada a estar sola, mi lle-p
ina se miraron e hicieron con los ojos UD
la—. ¿Te quiere don A
ustioso hipo, rompió a lor
avició, y Manuel sintió como un remord!
ero n0 ”
/ » E Al 80
a quitar a su espo”
P
12
7
14
on yel |