'
Lab se asustado al ver que le detenía
LA LEY DEL AMOR 2407
—Muy bici, señora.
Y la siguieron hasta el despacho de don Juan Manuel e
“Mist teri Oso”, Este les saludó,
“¿En qué les puedo servir ?—preguntó, mientras les seña:
laba, dos amplios sillones,
El agente mandó hablar a don Marcéliano,
-(Juiéro que usted, que es el interesado, sea el ¿ que se lo diga
Don Marcelino habló, y su ré lato, que debía habérle pues-
to alter ado, le tranquilizó.
¿Y usted cree que mi hijo'ha sido e] que le ha robado la
Cartera con el dinero?
Bdialguna duda teníamos él hos la ha quitado al huir tan
ea Sl
N
—Lienen que ditse cuenta de que eg un niño y que puede
—No, señor —+dijo don: Marceli: Ano>—«- SY hijo será un niño;
Dero él ha sido el que me ha robado el billetero
+Mida usted sus palabras, señor.
—No necesito medirla
El asunto se agriaba, y el agente tuvo que intervenir, cli”
endo que el niño, al huir, era que llevaba encima la canti-
ad Sustraida,
“¿Y cómo me prueba usted que ha sido él y 10 otro de sus
Wonpañartes?
SiQué más prueba que la de haberse fugado! Además, e]
Wehacho que llevaba la cartera encima dice que el qué an-
"Wo en torno de su mr ta fué su hijo de usted,
20 34 yo digo que ha sido é , ya que es una prueba terminante
Derlo' ene Ontrado la carte ra encima
Hablemos sin pasión y con ld señor mio
Hablemos.
LY, del Amor - Folletín, —' Cuad. 177