uNTO LAURO LAURT
La "Andaluna” lo besó nuevamente, y en la misma cama
lo sirvió el desayuno.
——Aquí tienes caté con leche y mantequilla; diez buñuelos
y unas rodajillas de salchichón.
¿Qué le tengo que dar por ello?—le preguntó, aunque sa-
bía que no iba a querer cobrarle nada,
”-Un beso. Un beso como los que le darías a tu madre
cuando te tenía.en su regazo maternal.
El muchacho la besó, y al pensar en su madre, que quizá
en aquellos momentos estaría llorando, sintió el zarpazo del
* remordimiento de lo que había hecho,
“No—-se dijo—; no voy por allí,”