1910 LAURO LAURI 
Hizo un gesto.de coraje y ge mordió. con rabia el labio 
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inferior. Blanca. Nieves, por el balcón, daba gritos llamando 
al sereno. 
El ladrón seguía encerrado en el armario, que era un mue- 
ble antiquísimo, ¿Qué Hacer? Huir y dejarle allí era exponer 
a su tía Blanca y a la “A eruceltas a una muerte segura, 
pues el ladrón, al verse solo con ellas, las asesinario 
“¿Y sí me quedo aquí seré dvi en el acto?” 
En aq uel "momento vió: en la contigua habitación a la 
“Marquesita”, que estaba más blanca que la cera, 
—¡María Luisa, tengo aquí encerrado al ladrón, y no' se 
me prior Dile ala tía Blanca Nieves que no llame al vi- 
gilan 
a oli ¡ Ay, madrecita de mi'alma, que me va; a dar un 
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te nocturno. 
—¡Anda, María Luisa! Anda y dile a mi tía Blanea que no 
llame al sereno ni a 10 guardias. Dile que estoy aquí y verás 
qué pronto se calla 
« XT e * AT 1111 Y OTE | 1 a Avi: 
—i¡No quiero!... ¡No quiero que te mate el ladrón! 
¿Don Juan hizo un gesto de, coraje. 
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—¡No quiero! ¡Déjame asomarme a la escalera para pedir 
socorro!.¡No me. detez , Juan! 
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Y abriendo la puerta empezó a dar gritos, armando un 
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eran alboroto en la escalera, 
—i¡Que dentro de mi casa hay, un ladrón! ¡Que nos va al 
matar! 
Un, dadrón. a: medianoche ne mucho, y. ni un alma 
salió a auxiliar. a la. “Marquesita, 
Mas no tardó, en aparecer el vigilante.de la calle seguido 
de dos guardias armados con sus mosquetones.