LA LEVY DEL AMOR 2607
—Has hecho muy.bien. Ya sabés que esta casa es siempre
Un rato estuvo hablando con ella Abelín, y al filo de las
da e desnidió de la “Andalúza” y se dirigió a su alcoba,
> tardó en oír que cer >ban la puerta de la calle.
¿Qué me pasa que estoy tan nervioso?”, no ccsaba de
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viró a la calle y le pareció que el farol de la esquina
tenfa los résplandores más amarillentos que otras noches,
ll resplándor delos cirios” 'musitó;
ó Ta navala que tenía en. el bolsillo, y para darse
Sñimos se puso a pensar de qué mánéra tan astuta se Había
Vaíido.el joyero para robarle el ribf.
“No mié arrepiento--murmuró—. Lo tengo que matar y
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Wespués iré a su casa a ver qué es lo que me llevo. (Juizá ten-
ga más dinero que tenía hace días el mismo don Juan
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'cóse a la puerta de la alcoba y escuchó. No se oía ni
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e ¡eve rumor. Un reloj dió las doce,
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ta hora de las bruñas y de los aparecidos —melitó,
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WMA... ¿Q., Jal Sime escuchara el “Machito y que me tiene
Dor más vellente que él,”
speró «leo más de una hora, y de pronto vió una somo
bra en la esquina
“¡Es 611” meditó.
Muy despacio y en la obs uridad, se acercaba. Abel sacó
Mexlio cuerpo: y le siseó. El joyero alzó la cabeza y sonrió. El
loro de low árabes le atraía como el imán al acero, Dentro
WS pocos momentos pensaba ser millonario, pues él también
ACOrquese IIS y agárrese a 111 meanñólé dijo Abelin—,
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Así! ¡Agárrese con fuerza!