'CABRO LAURI
'Abelín tiró de la mano del joyero, pero éste pesaba me
| cho para la fuerza de un joven como él, ¿
-—Espere=—dijo Abelín==. Espere, unos momentos.
Yi al decir esto. cogió una silla que tenía en su alcoba Y
la dejó caer a la calle.
-—Aproxímela, súbase encima y agárrese a 3 hierros.
J Así lo hizo el joyero.
) ——¡Arviba!
lA Hizo un esfuerzo y le pudo, hacer.saltar la barandilla del
balcón. Abel, « sa ue no quería dejar ió cabo suelto, subió
la. silla a riesgo de estrellarse. «to seg euido cerró el balcón $
mandó al joyero que se Polo ao
El hizo lo mismo, y Ua.vez pea: dijo que le siguicld
donde
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1]
Juntos bajaron la escalera, loganda, a, Ja, cocina,
'Abelín: cogió la linterna.
Poco tardó en abrir la puerta del subterráneo:
de mí-—musitó—, Baje sin yuiedo, que va UB
Du Baje ACTAS
WMESELQUTO A1251UC. Mi,
Y seguido del ¡Oy LO bajó ul SÓLAano.
si mi NÁLL O, por Aquí, Sigame basta el lugar donde está ente”
ee PR rrada clar ;
—¿Me dejarás llevarme un puñado de brillantes para ver al
son auténticos?
— Si, Senor, Todos los que ul ted auiera,
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Abelín se detuvo y señaló un montón de tierra,
1. $ Abi está-—d1o. %
¿ Aquí És ¿Aquí? ¿Y cómo nos vamos a tuteglar para des”
enterr arla:
—¡Enterrándote a ti!
Al decir esto sacóla navaja y de asostó un terrible né
vajázo en el cuello,
Y agarrado a él le seguía, deseando ver la famosa axcdo