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-—Es inútil —dijo don Alvaro. Reparad la avería que hs
sufrido el coche. y dejadme a mí.
Así lo hicieron, y entre los dos, hombres pusieron una rue-
da de recambio.
Maravillas no podía disimular el disgusto que sentía, Ya
no podría jr al teatro con su amante, el cual tendría que per-
manecer sentado en un sillón hasta que le mandaran otra
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de Madrid.
pierna artificial
—¡Qué disgusto tengo!-——le dijo a su amante—, ¡No lo sa-
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bes tú bien!
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-—¿ Quieres que regresemos a Madi
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1mMo0s8 una plerna como, la que se me acaba 0e rompe
—No, Quiero estar esta misma noche en Sevilla
encontremos alguna en un establecimiento de «
—Bien; prosigamos el viaje. Tengo deseos de llegar cuanto
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o acomodaron en el coche,
Entre Joaquín y “Tojerita
y poco después: éste rodaba a gran velocidad por la llanura
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dae la Mancha,