1930 LAURO LAURI
—¿ Quiere usted que lo tire para que lo recoja el primert
que pase por la calle?
—Quiero que tengas un poqútito de dignidad,
—¡Qué más quisieran usted y su marido que tener toda la
diemidad que tiraron mis padres cuando les nació un hijo!
—Tanta tiraron, que te dejaron a ti sin nada.
Ante la htmillante ofensa coloreóse el rostro de la 03-
posa de Rafael,
—Me marcho a mi casa —dijo, porque si estoy aquí mucho
tiempo no respondo de mi.
—Márchate, sh; márchate con el dinero que por tu niña te
sa dado un señorito payo. Mañana, siDios quiere, te lo va a
lecir tu marido.
Y la gitana Mari Pepa salió insultándola hasta, el centro
le la, calle,
—¡No:te apuros, que ya te lo dirán ati!
La esposa de Rafael llegó a; su casa hecha una fiera.
“Y todo porque no le, he. dicho.que a medias! ¡Y todo
porque,no-le he:dado nada! ¡Qué más hubiera querido ella!
Si mo tiene nada que lleyarse a la.boca,, que salga por ahí a
echar a los payos la buenaventura.”
'Tuvo.que beber agua para calmarse, y cuando lo logró se
acordó que tenía! en la lumbre las judías,
“: Jesús, qué poquito ha faltado para que se quemasen!”,
musitó, mientras añadía agua a la olla de barro de Alcorcón.
No tardaron en llégar'los churumbeles, que andaban ju-
gando. por la calle,
—¡Mamá, la cena!-—entraron eritando el “Uñitas” y el
“Besuguete”,
—¿Tenéis mucha hambre?