2800 LAURO LAURI
Y arrodillándose junto al ataúd, posó sus labios sobre el
rostro de cera de la muerta.
—Te he querido mucho, y ahora te quiero mucho más
dijo con un acento sollozante y amargo,
Adrián le aconsejó que se sentara nuevamente, |
—No debe usted llamar la atención —le dijo.
-——No tenga cuidado, que no la llamaré.
Y haciendo como que iba a sentarse dió un eran salto Y
cayó en la contigua habitación.
Hecho esto encerróse sin dar tiempo a que disparasen
contra él,
No dispararon, La muerta, con su rostro blanco y rígido,
se impuso, Además, allí estaba Manuel, que les miraba,
“Vopete llamó a la puerta con los nudillos de los dedos, Y
on vista del silencio que siguió a la llamada trato de violen-
tarla, siendo inútil su empeño por estar construida con mucha
solidez. y
—¡Abra!—exclamó—, ¡Abra, que ya es inútil todo cuanto
haga para intentar escapar! ,
Aplicó el oíde a la puerta y escuchó. Ni el menor rumor
se oía dentro de la alcoba, is b
Adrián llamó a una de las doncellas, que, enterada de lo
ocurrido, acudió muy pálida y nerviosa.
-—¿De quién es esta habitación ?—le preguntó Topete,
—ks la habitación de la señora, a la que Dios tenga en st
seno—tartamudeó la muchacha, mirando con “gran respeto
al ataúd, al que en aquel momento sólo rodeaban Manuel y
Marilina,
—¿Tiene alguna salida por la que se pueda-saltar a la calle?
—Un balcón que da acceso a un tejado,
Adrián dió una patada en el suelo y salió de la estancia,
seguido do Manrique de Lara, (