legó en poco'rato al sitio donde Andrés y él se cruzaron
€l carruaje. el
Mabía corrido mucho y estaba fatigado.
Aquí es—-murmuró, pudiendo hablar apenas:
Y hubo de detenérse un instante para tomar aliento.
pura ya completamente de noche, y la neblina de la caíd:
i 2la tarde habíase cofvertido en espesa niebla, que enlod
El camino y velaba los objetos, haciéndose difícil distin-
108 con precisión a corta distancia,
Barcelona es la población de España donde más dens:
Sw q son las nieblas. En este sentido, poco > tiene: que
To oridres « en determinadas épocas del año:
; En la semioscuridad que. le rodeaba, Angel miró en tor lo)
yo C, preguntándose : cea
3 ¿Qué AS seguir ?
Pe ero, ¡ qué posta soy ! El carruaje mistenboo desapa-
cuando Andrés y yo permanecíamos aquí, todas ía
día de volver pa que yo le 'encontr ara?
os sin embargo de estos razonamientos, no acertaba -
o se de aquel sitio, como si su instimto-le advirties 1
alls debía empezar sus averiguaciones, y ya henios: sdi
seguía * siempre su instinto en todo. E
| Rui as k o larg go Me la o de Horta y no vió : a nad
: - soli-
+