SON; no la nombremos ! Su sombre no debe asomal
nunca a tus labios, vadre mío: La «buelita decía que había"
muerto. Greamoslo así. sy
“Su padre y su abuela abrazáronla una vez más, como
aprobando estas poe as, y clla se .etiró a su estancia, a
'murando :
e —¡ Pobre madre mía !
E fectivamente; uc debían nombrarla.
Era preferible. olvidar, 1 tener presente, el nombre de
la que había causado tantas desdiclias.
e: . Sin embargo, en el fondo de su cora 1Ón, bueno y se sio
ble, había brotado un afecto nuevo y perseverante.
No la nombraría nunca. no. 4d
Más « Acaso necesitamos nombrar a los dd quertá
-para'recordarlos con ternura ? |
- Los sentimientos no necesitan ser señalado: con el ao
bre de sus «destinatarios»
-A fin de cuentas, Elena era su On (E había 1 llevado
en sus entrañas. ¡Y, por mala que hubiera sido, ella, su Ei
ja, no podía ni debía odio