José. que así se > amaba el “negrito era una cel
potencia en casa de Clarethy. |
No sólo le querían todos por su inteligencia y su pond
sino que, a pesar de sus pocos años, 'hasta le 00
por el aprecio en que sabían que le tenía su señor.
Henry teníale tanto aprecio, porque sabía que era pu
y que le amaba.
José se había criado en lá casa. E
Era una prueba viviente de la bondad del banquero:
Algunos años antes, volvía éste una noche a su
cilio, cuando en una calle obscura y solitaria detúvose *
prendido, al oír rumor de sollozos.
- Pronto encontró. al que sollozaba. yr
En el hueco de una puerta había acurruc ados un*:
jer y un niño de pocos años.
Los dos eran negros. -.
Al acercarse Henry, el niño salió : a su encuentró
ciéndole con desconsoladora amargura :
—¡ Señor ! ¡ Amparo y piedad para mi madre! ¡ ¡Le
e
brecita estaba enferma ! Nos sentamos aquí, y 105 q ade
mos dormidos. Al despertar, la llamo y no me resp
- Y abrazándose a la mujer, exclamó, empleando Re:
nutivo tan usual en los negros.
¡Madre !... ¡Mamita mía! ..
A
Conmovido e rea Henry acercóse.
. Llamó:a su vez a la negra, sin obtener con
alguna.
Inclinóse sobre ella, y su inmovilidad le 18 miedo, ¡A
Púsole una mano sobre el corazón,-y aquel corea
palpitaba. La infeliz estaba muerta. o
¡ Había muerto quizá de Rambo a juzgar pr
serable aspecto ! E
pesto