Por los menos, era necesaria la intervención del juz-
Pero. abusaba de la posición de las pobres huérfanas,
La puerta había quedado abierta, y en ella presentóse
ven, preguntando : E PCE :
¿Qué es esto? ¿Qué pasa aquí?
Ta: Angel” > A E IE :
T Segura estaba de que vendría—-pensó Soledad— por-==
C estando yo aquí, no podría tardar él. > nó
Y en pocas palabras explicó a su amigo lo que pasaba.
Al ver al joven, el vejete habíase reportado un poco.
Angel volvióse a él y le preguntó amenazadoramente::
Ti Cuántos alquileres se le deben a usted ? ONE
Un mes—respondió el interpelado—, y el que corre.
54 Y por tan póca cosa, tanto ruido? a
T-¿Cómo pota cosa? EEN
Una miseria.
TPoco a poco.' SE vo bd
Y aunque fuera una fortuna, ¿qué? ¿No hay más que
8E la gente así a la calle, como si fuesen perros ? 20
TEstoy en mi derecho. E PE o O
Ya, ya sé que hay derechos que amparan a los pillos
"verdiienzas y a los hombres sin corazón. EE
e PE:
Yo no soy señor de nadie, y de usted menos.
Sus palabras... A
Son menos duras que las que Merece. ¡Tratar así a
_Mtelices huérfanas ! ¡Verlas llorar sin compadecerse
Ellas 1... ¿Pero, ¿es que usted no tiene ni conciencia ni
Aaa ve)
E
ntonado al ver que no había quien las defendiera y 7 A