Los otros le «
El registro fué
Nadie.
- —¿Se convence usted? -—preguntó Andrés.
- Cástulo no respondió. :
- Habíase quedadó pensativo.
| Roldós y Angel estaban admirados. Lido
[No comprendían cómo pudo desaparecer Daniel o pot
[fónde pudo huír. estando como estaba cerrada la puerta de
[a escalera.
tian.
-Mibucioso, y, en efecto, no encontraron
Aquello parecía un escamoteo de magia.
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De súbito,
ciendo: :
—+Al ya sél ¡Por el terrado!
Andrés se estremeció, y Emesto y Angel comprendie-
[On que por allí debía haber huído, efectivamente. Daniel.
No había otra salida. o
bh Venga la lave del terrado!-- ordenó el Hurón al
y
Cástulo lanzó una exclamación de triunfo.
+
É
en. a
Y comenzó a registrar todo el piso.
=No la tengo—-respondió. éste.
-—iVenga!-—insistió el inspector.
-—¡No la tengo!-—repitió el interpe
| lado.
Angel y Roldós sabían mv bien que aquella llave es-
Da puesta siempre en la cervadura por la parte de aden-
0; pero se guardaron muy bien de decirlo. |
Además, Si Santomá húuvó de allí. como parecía indu-
Wle «seguramente Andrés la habría quitado, guardándola
Seondiéndola para proteger o asegurar la huída del fu-
Vo, ]
A
Moreno miró al joven no con enojo, sino con lástima.
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