Full text: [Tomo 3] (3)

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más, y mientras el mas joven apoderábase, casi a lá 
Werza del maletín que el negrito llevaba en la mano, el 
Mas viejo decíale 
=Alojamiento seguro, cómodo y barato. 
$ La verdad era que el enviado del Maestre tanto le daba 
Si Merara a un sitio que a otro. a 
q! 5 
“Pasaré en La Habana solo algunas horas -respondio. 
y Elimas viejo de los dos compinches se apresuro a res- 
“| dOnder, con la mas amistosa y cordial de las sonrisas: 
“No importa, sea por el tiempo que sea. 
l -Tenemos también un coche a su disposición. 
Está bien- repuso José dejándose convencer. 
4 Vamos. | 
: Los otros que se habían acercado a hacerle sus ofre- | 
 Mientos no insistieron. 
Así como así -debió pensar alguno de ellos-, poca; 
ll Bánancia había de proporcionarnos un jovenzuelo negro ' 
We solo ha de estar en La Habana algunas hor as. 1 
3. 
4, 
Haciéndole caminar muy aprisa, cual si temiesen que 
4 “elos escapara, el viejo y el joven llevaron a José a ún| 
tio cerca de allí, donde había parado un coche, uno de! 
as vehículos característicos del país, bautizados con ell 
“Prichoso nombre de volantes, ignoramos por gué. " 
"Y 
Mi 
El carr ruaje no tenía nada de cómodo ni de lujoso, y ell 
a ballo que de él tiraba era viejo y delgado; ad erf 
A coche a fin de cuentas. 
, e negrito no se fijó en ninguno de estos detalles, co 
Ono se fijó tampoco en que los otros levantaban la ca! 
4| Bota de la volanta, cual siquisieran sustraerlos a impor l 
Mas miradas. 
EN teniendo sospechas, y a él faltábanle motivos par 
pres, eran todos detalles sin valor. 
E m aha A $ sn - E Ss o E : 192
	        
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