Full text: [Tomo 3] (3)

En vez de mostrarse or 
ña que hemos transcrito, 
Casi todos los días, Rosario acercóse de-nuf 
Vo a sus crueles compañeras y les dijo con. 
tono de cariñosa queja: 
-¿Por qué me tratáis así?... 
culpa de no tener Padres?... 
de vosotras le pa 
decería y la 
no sabéis qu 
Papás! 
Y siguió llorando. : 
Sus Frases y sus lágrimas parecieron con- 
mover a las que tan duramente la habían tra- 
tado». 
La humildad y la duleura se imponen siem- 
pre, tarde o temprano. : 
Algunas, hasta la compadecieron 
Les daba pena. 
Las directoras del corro celebraro 
ciliábulo para decidir 
no en su compañía. 
El acuerdo fue negativo» Z 
Por mucha lástima que les inspirase, no la 
querían por compañera. 
£ra lo que dijo unas: 
-También nos dan lástima las niñas pobre- 
citas que encontramos en la calle, y hasta 
las socorremos con una limosna;j y no por e-. 
so hemos de tratarl 
endida por la esces 
y que se repetía 
¿Tengo yo la 
Si a cualquier? 
sara lo mismo, yo la compar 
querría mucho más. ¡Vosotras 
e triste es decir eso: ino tengó 
o 
nh un con” 
si la dejaban jugar 0 
as Como a nuestros igua- 
les. z 
Este argumento fue de mucha fuerza para to- 
das. : 
A Rosarillo se la com 
Que Puese-a"jugar 
las niñas sin 
no las había, 
padeciaz pero nada más 
con los de” su clase; com” 
padres y sin nombre; y si allí 
que no estuviese alif. 
Aquella compasión era una nueva forma de 
la vanidad, la injusticia y el desprecio. 
Las niñas siguieron jugando y Rosario con- 
tinu6 llorando sola. - 
2016 -=.
	        
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