En vez de mostrarse or
ña que hemos transcrito,
Casi todos los días, Rosario acercóse de-nuf
Vo a sus crueles compañeras y les dijo con.
tono de cariñosa queja:
-¿Por qué me tratáis así?...
culpa de no tener Padres?...
de vosotras le pa
decería y la
no sabéis qu
Papás!
Y siguió llorando. :
Sus Frases y sus lágrimas parecieron con-
mover a las que tan duramente la habían tra-
tado».
La humildad y la duleura se imponen siem-
pre, tarde o temprano. :
Algunas, hasta la compadecieron
Les daba pena.
Las directoras del corro celebraro
ciliábulo para decidir
no en su compañía.
El acuerdo fue negativo» Z
Por mucha lástima que les inspirase, no la
querían por compañera.
£ra lo que dijo unas:
-También nos dan lástima las niñas pobre-
citas que encontramos en la calle, y hasta
las socorremos con una limosna;j y no por e-.
so hemos de tratarl
endida por la esces
y que se repetía
¿Tengo yo la
Si a cualquier?
sara lo mismo, yo la compar
querría mucho más. ¡Vosotras
e triste es decir eso: ino tengó
o
nh un con”
si la dejaban jugar 0
as Como a nuestros igua-
les. z
Este argumento fue de mucha fuerza para to-
das. :
A Rosarillo se la com
Que Puese-a"jugar
las niñas sin
no las había,
padeciaz pero nada más
con los de” su clase; com”
padres y sin nombre; y si allí
que no estuviese alif.
Aquella compasión era una nueva forma de
la vanidad, la injusticia y el desprecio.
Las niñas siguieron jugando y Rosario con-
tinu6 llorando sola. -
2016 -=.