para que sia pudiese cumplir su deber de
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Saludó Cástulo a Magdalena respetussamene
tes y Maestre saludéla también con una Pee
verencia, pero mostrándose sorprendido de
ver allí una persona que ño sabía quíen e-
Dao
Creyá que el asunto de que iban a tratar
debian tratario solos, y así lo di3 a an-
tender a Andrés con una expresiva miradas
El Joven comprendió aquella muda, psro
elocuente indisación, y respondió a elia,
diciendo con cierta solemmidadz
cEsta señora tiene que cumplir con usted
algo que ofreció a un moribundoo
<¿A quién? preguntó Rísardoo
-Al infeliz ancíano Pablo Solanas
> i4h? 4
Esto justifica su presenciao
Maestre volvió a saludar a Magdalena y
se dió por satisfecho con esta explicación:
Invitó Andrés a sus visitantes a que se
sentarans y 6l ocupó una silla junto a su
madres :
Mientras tanto, Angel seguía esperando
en el jardín, con ansiedad sreciente.
Soledad, llena de asombro por leo que has
bía oído, y le dle al verie pálido y temo
bloros0, acercósele, diciéndoles
«du AN ¿Ha as d
=iSigs Soledad mía, sí
vehemencsiaso ¡Mi padre!co
el seri ae
a
<Te parece un sueño el que yo lo haya en-
<contrado, ¿verdad? A mí también, y, sin eme
bargo, es ciertos Está ahí cerca, en el
cuarto de Andrés, y pronto, muy pronto me
ícho tu padre?
? «respondió él con
o ¡El que me dió
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