_ Solos los tres en ótra estancia, Sole-
dad supliecós
¡Séanme franeos y díganme la verdad!
¿No es cíerte que ha estado aquí mí madre?
será ¿inútil que lo nieguen, porque este
pañuelo lo demuestras
Luego, dande ya por sontestada afirmatio
Vamente su pregunta, gprosiguiós ;
oY sí ha estado aquí, si la han visto,
det sab que es de ella, eémo estáceo
¡Ds “me par favorioso Comprendan que
38 E mí madre, y su Situación ne
pueda s indiferentes ¡Hate tanto tiemo
po que no se nada de sllaloo.>- ¡Díganmelo
todolcooos ¡Por Pav Plooo Sa
Estrechaba las manos de su amiga como
para hacer su ruego más expresibo, y diri-
gía a Andrés miradas de súplicas o
Andrés ersyó deber suyo decir a la pobre |
hija toda la verdad,
dole cuanto sakemosg
tado Elena allí, sus
y así lo hizo, refirit
eómo y porqué había es/
encuentros con don Lu=!|
Sas y la triste situación en que parecía
encontrarse. De
Su intención primera fue callar todo as
queilosg pero puesto que casualmente la
Joven había descubierto lo prinsípal, la
Presencía allí de Elena, debía saber el
Jézguese la emoción con que Soledad ese
Cucharía las índisadas explicacioneso
Todo aquello que oía iba directamente a
su corazín, haciendo aún más copioso y a-
fatgo el lianto que bañaba sus ujoso
Mi madre pobre y enferma! -pebsbo
Y experimentó una angustia inmensao
íSi al menos hubiese sabido que su madre
Bra feliz0
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