Diego iba muy emocionado por la cariño-
Sa bondad de su protectorao
Rosarillo le miraba con particular fije-
Zas z 5
Vióle volver la cabeza, y la volvió ella
también para seguir la mirada.
Entonces vió que Florentina les contémpla- ||
ba desde el baleén y sonrelao
También sonrió Diegos E d
Los dos niños continuaron su olmos
Iban alborozados porque tenían resuelto
el arduo problema de comer y cenar; y tam-
én porque la promesa de la hija de Cebrián
les hacía confiar en una solución más dut
dera de sus tribulaciones»
Rosarito, especialmente, did 14 ón de
Optimismo. ¡Ella no quería mendigar, vivir
a salto de mata, como le ocurría a su com-
Pañero!
Instintivamente, su. dignidad se POD
contra una manera de vivir que le parecía
deprimente,
Pero la perspectiva de hallar trabajo le
Producía una inten sa y protunda satistacei
E, ] , 2611.