Full text: [Primera parte] (1)

185 
Desistió de completar por entonces sus explicaciones, 
pregur:tando: 
—Puesto que la casualidad o la Providencia han hecho 
que te encuentre cuando no sabía a quién dirigirme para 
pedirle amparo, ¿puedo contar con tu ayuda? 
—Incondicional—le respondió Azucena abrazándola de 
nuevo. 
Volviendo a la realidad y recordando el motivo por el 
que allí estaba, dijole ayudándola a incorporarse: 
—Ven conmigo. ¡Voy a hacer una visita urgente, para 
tratar de un asunto importante que desconozco aún. Mien- 
tras tanto tú me esperarás en el «auto» que me conduce; 
cuando haya hecho esa visita volveremos a reunirnos, ha- 
blaremos detenidamente y haré cuanto en bien tuyo necesi- 
tes y desees. 
Le ofreció, para más decidirla a hacer lo que le decía: 
<—No temas que te comprometa ni que te perjudique en 
nada. 
Convencida de ello, la hija de Morcillo, asegurábase go- 
ZOSa: 
—¡ Estoy salvada! 
'Aunque con dificultad llegaron las dos al automóvil que 
esperaba a Azucena. 
—Es persona de toda confianza—dijo Azucena a Teresa, 
refiriéndose a la tía Josquina. 
A pesar de lo cual, no siguieron hablando en su pre 
sencia. 
Ya reanudarían su conversación después, cuando pudie- 
ran hacerlo a solas libremente. 
¡V. ¡'R.—98 
 
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.