—Un matrimonio por interés.
—Obra de sus padres que la obligaron a él a la fuerza.
Habían realizado su propósito de explotarla; la habían ven-
dido. Un viejo y acaudalado calavera prendóse de su hermo-
sura, y aprovecháronse de su posición social. Así salieron
de la miseria a costa de la felicidad de su hija.
Sin decir cómo, refirió que tras largos y repetidos es-
fuerzos, logró hablar con Soledad.
Ella no era ya libre para poderlo hacer sin adoptar cier-
tas precauciones.
Aseguró, sin dar a entender acerca de ello recelo alguno:
-—Me convencí de que Soledad seguía amándome como
yo la seguía amando a ella.
—¡Y se casó con otro hombre!—objetó Gloria irónicas
mente.
—-Porque sus padres la obligaron a aci
—Que se hubiese resistido.
—Lo intentó inútilmente, le faltó valor para seguir re-
Msfndosa y acabó por resignarse al sacrificio.
—¡Cobarde!
—¡Cuánto sufría la infeliz! ¡Qué desgraciada era!
—Le estaba bien empleado en castigo de su cobard:a.
. —Aunque me seguía amando como he dicho, y aunque
el verme fuera para: ella un consuelo, me suplicó que no nos
Viésemos núnca más. :
—¿Por qué?
—Porque aunque hubiese sidó a la fuerza se hallaba uni-
da a otro hombre, y no quería ofender a éste ni faltar a sus
deberes de esposa.