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ponerlo en práctica, para ver si le.daba el resultado 'apete-
cido: :
—Entonces—decíase—, podré seguir luchando en defen-
sa de Fermín.
Porque por éste deseaba su salvación más que por sí
Misma.
Temía que de su rapto se aprovechasen para intentar al-
guna nueva infamia contra aquel por el que se había con-
sagrado a velar, y que por no poder ella impedirla como ha-=
bía impedido otras, tal infamia se realizase. i
Con la abnegación que le impulsó a hacer lo que había
hecho y proponíase seguir haciendo, por difícil y peligroso
que fuera, repetíase: :
—Que él viva aunque yo muera, que sea feliz aunque yo
sea desgraciada y su felicidad comparta con otra mujer y que
en bien de todos consiga en su heroica empresa el triunfo
Que merece. :
En la obscuridad y en el aislamiento en que se hallaba,
no podía calcular el tiempo ni de nada podía darse cuenta.
Sin embargo, comprendió que desde que Cifuentes estuvo
allí para pretender lo queno pudo lograr, debían haber trans-
« —Currido muchas horas.
—¿Renunciará a lo que me prometió de que volvería—
temió—, y me dejará morir aquí abandonada, en castigo de
mi resistencia a sus deseos?
Entonces no podría realizar el plan que había formado
y no podría seguir defendiendo a Fermín, lo cual le asustaba
más que su propia muerte.
Reconocía, no obstante:
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